La hora llegó y nos fuimos a Huesca del 23 al 28 de febrero, coincidiendo con la semana blanca en un viaje que agotó sus plazas por primer año ya los primeros días de enero. Una parte del colegio Saint Expéry, hasta casi sesenta personas, nos desplazamos hasta Candanchú para disfrutar de sus instalaciones con la ayuda del Club Amistad.
Con sinceridad este viaje se espera con muchas ganas. Es una fecha en el calendario que parece que no llega nunca para aquellos que ya lo han probado, grandes y chicos, acompañados o solos, siempre quieren que vuelva para poder ver a sus amig@s y disfrutar de esquí, actividades, comidas, y todo aquello que se ha planificado desde el año anterior. Sí, desde el año anterior, porque aunque suene extraño, ¡¡¡estos viajes se preparan con más de un año de antelación!!!
Los niñ@s, entre las ganas que tenían de esquiar, lo bonito que era todo para ellos y las bromas que se iban haciendo tirándose bolas de nieve cuando teníamos ocasión, lo pasaron bomba.
Los padres esquiadores Diego, Pablo, An, Pierre, y yo mismo aprovechamos para ver a nuestros hij@s como mejoraban a través de las clases desde las propias palas de nieve, y además aprovechamos las pistas casi vacías de la estación de esquí para hacer algo de deporte.
Este año además se ha inagurado la sección “¡viajo porque me apetece y no esquío pero me lo paso genial!”. Las fundadoras, Bárbara, Virginie y Aude merecen un aplauso, estuvieron al pie del cañón con sus hij@s, pero también hicieron senderismo y forjaron una buena amistad a través de las distintas actividades que se programaron.
Y hasta aquí, nuestra aventura de esquí en de este año… Sí, sí, realmente fueron «sólo cinco días» de esquí, ¡pero vaya días! Yo ya sólo oigo lo que los niñ@s gritaban cuando estábamos llegando a Madrid en el autobús más cansados que otra cosa, ¡Candanchú!¡Candanchú!¡ Candanchú! Y todo porque les había sabido a poco…
¿Os perderéis el siguiente?